Irse de Erasmus es una oportunidad que todas las familias deberían considerar. Las ventajas son innumerables. No se trata solamente de poder perfeccionar habilidades lingüísticas, aunque es una forma increíblemente rápida, divertida, eficaz y asequible siempre que se plantee adecuadamente.
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Así que has decidido aprender un idioma, ya que aprender un idioma es importante para ti y para tus hijos, y además, si estás leyendo esto, lo que quieres que aprenda tu hijo es inglés. Como alguien que no tuvo el ánimo ni la oportunidad de aprender un segundo idioma hasta los 30 años, me alegro mucho por tu familia y de que hayas tomado esta decisión mucho antes que yo.
Pero ahora viene quizá la parte más importante: encontrar el profesor o centro de idiomas adecuado para tu hijo y para tu familia. Porque no todos son iguales, de hecho, varían mucho en calidad y metodología, con diferentes pros y contras a considerar. Hoy me gustaría compartir mi experiencia estudiando en el extranjero. Tras mi paso por las instituciones “University of West London” y “Norwich Institute For Language Education”, me gustaría transmitir las ventajas que considero que este tipo de formación tiene, tanto personal como profesionalmente.
En primer lugar y lo que puede parecer más obvio, es la mejora en el idioma. El uso del idioma en su cotidianeidad y contexto real favoreció enormemente el aprendizaje, pues estás “viviendo el idioma”, y esa, es una experiencia mucho más completa. Si en términos de salud somos lo que comemos podemos decir que nuestra forma de ser y nuestra manera de ver el mundo son fruto de las experiencias que vivimos. A esas vivencias hay que sumarles las personas que conocemos y los lugares que descubrimos, puesto que son partes clave de la ecuación. Estos tres elementos combinados son los que nos mueven e impulsan cada día, los que nos llevan hacia un lado u otro.
Para mí cada lugar en el que he vivido me ha aportado lecciones gracias a haber tenido que adaptarme (a otro idioma, a otro estilo de vida, a otras costumbres) y a aprender de ello y a convivir con ello para finalmente hacer que formase parte de mi vida también y dejase de ser algo ajeno. Considero que necesitamos estar en contacto con muchas personas distintas para entender lo que es la diversidad y apreciar cada cultura, sobre todo si queremos aprender un idioma, puesto que lengua y cultura van de la mano. Igual que ciertas expresiones y pronunciaciones cambian de un tipo de español a otro (nada tiene que ver el español de Galicia con el de Andalucía) lo mismo sucede con la cultura porque la lengua está integrada en ella y por esa razón las palabras y la comunicación cambian con el contexto. El aprendizaje no tiene que ser divertido para ser efectivo. Estoy seguro de que hay muchas personas extremadamente inteligentes y exitosas que están haciendo cosas increíbles con sus vidas después de haber sobrevivido a una educación seca, poco inspiradora y completamente aburrida como la mía. También estoy seguro de que hay muchas personas que prosperan en esta forma de sistema educativo, memorizan información de los libros, regurgitan dicha información en los exámenes.
Todos hemos escuchado la expresión “los idiomas abren puertas”. Tal vez, al igual que yo, incluso la has usado. Me gusta mucho la versión que dice “Un idioma te pone en un pasillo de por vida. Dos idiomas abren todas las puertas a lo largo del camino”. Sin embargo, tal vez podamos hacerlo mejor, después de todo ya vivimos con dos idiomas aquí, en Galicia. ¿Qué tal esto?: "El idioma nos pone en nuestro viaje de la vida, pero con múltiples idiomas, incluido el inglés, todas las puertas en el camino están abiertas".
Eso sí, hay que decir que la adquisición de idiomas depende mucho de nuestras circunstancias familiares y de nuestros profesores. Yo, por ejemplo, crecí en un entorno de un solo idioma. Un año se probó a introducir un idioma nuevo en mi vida pero el profesor era terrible y las clases extremadamente aburridas, así que no aprendí nada. Recientemente me preguntaron si pensaba que un niño se confundiría demasiado al agregar dos idiomas al mismo tiempo. En este caso particular, el niño acababa de llegar de otro país, con un idioma extranjero. Mamá le había hablado en español, pero él aún no lo hablaba. Así que ahora estaba en el proceso de ingresar a una escuela y A un mundo en el que todo estaría en español (y gallego) para él, y aunque Mamá estaba interesada en que él también aprendiera inglés, le preocupaba que podría ser demasiado, y que lo confundiría.
Esta es una preocupación absolutamente razonable y con la que muchos padres se encontrarán en algún momento. Así que quería compartir mis pensamientos y mi experiencia en esta área. Como alguien que nunca fue a la universidad, que nunca se graduó, este ha sido un concepto que he interiorizado a lo largo de mi vida. Estoy aprendiendo constantemente, ya sea en el trabajo, con los amigos, a través de cursos, programas online o habilidades autodidactas. La vida está llena de lecciones. Es más, podría agregar que las más importantes son en realidad lecciones de vida que no se pueden enseñar en el aula.
Estuve escuchando un discurso de Vishen Lakhiani, fundador de Mindvalley, en el que hablaba sobre el hecho de que pasemos un mínimo de 4 años estudiando para obtener un título. El mundo y la tecnología avanzan a tan buen ritmo, que en esos 4 años nuestra educación puede llegar a ser obsoleta y casi irrelevante para cuando nos graduemos. Una gran fuente de interés para mí es el concepto o sentimiento de confianza, y quería escribir sobre cómo el acento y la pronunciación afectan a esta. O bien cómo nuestras creencias sobre el acento y la pronunciación afectan a nuestra confianza al hablar otro idioma.
Hace poco estuve compartiendo con algunos alumnos la alegría de haber aprendido algo de mi argot español de la mano de Antonio Banderas, lo que derivó en una interesante conversación como os podéis imaginar. Soy un ávido lector y siempre lo he sido. Desde que tengo uso de razón me ha encantado la magia que se encuentra al perderse en una buena historia. Creo que me contagié de mi madre, de hecho, estoy seguro de que así fue. De mi padre no pudo ser, a quien veía únicamente leyendo artículos de periódicos o revistas. Pero mi madre, por otro lado, fue quien nos presentó a mis hermanos y a mí el amor por los libros de cuentos. Nos leía a todos cuando éramos pequeños (es el tipo de mujer que nunca está demasiado lejos de cualquier libro). Recuerdo a mi madre absorta gracias a la compañía de un buen libro en un momento dado y en cualquier momento. Daba igual que tuviera otras tareas: siempre encontraba tiempo para leer (alternaba varios libros al mismo tiempo). No tengo idea de cómo se las arreglaba para no confundirse con las diferentes historias y sus personajes correspondientes, es algo que nunca he logrado dominar.
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AuthorDaniel Peel. Archives
Marzo 2023
Categories
Todo
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