Como alguien que nunca fue a la universidad, que nunca se graduó, este ha sido un concepto que he interiorizado a lo largo de mi vida. Estoy aprendiendo constantemente, ya sea en el trabajo, con los amigos, a través de cursos, programas online o habilidades autodidactas. La vida está llena de lecciones. Es más, podría agregar que las más importantes son en realidad lecciones de vida que no se pueden enseñar en el aula. Estuve escuchando un discurso de Vishen Lakhiani, fundador de Mindvalley, en el que hablaba sobre el hecho de que pasemos un mínimo de 4 años estudiando para obtener un título. El mundo y la tecnología avanzan a tan buen ritmo, que en esos 4 años nuestra educación puede llegar a ser obsoleta y casi irrelevante para cuando nos graduemos. Lo que el sistema educativo tradicional termina dándonos es una base sólida en las formas tradicionales de pensar en nuestro campo laboral elegido. Desafortunadamente, carece de la preparación que necesitamos para permitirnos entrar en el mundo futuro laboral. Es la capacidad de pensar más allá del conjunto de reglas que se nos han inculcado, lo que a menudo nos deja tambaleándonos durante demasiado tiempo antes de que finalmente podamos ponernos de pie, y no obstante, salir adelante. Cuando terminé el Instituto, no estaba pensando en nada de esto. Tan solo sabía que no tenía ni idea de lo que quería hacer y que era mejor conseguir un trabajo que apuntarme a un grado. Lo que significaba a cuatro años más de estudio. Ahora pienso que quizás no fue la mejor elección, pero esta es mi historia. He aprendido y estudiado muchas cosas a lo largo de los años, y ninguna ha sido más desafiante para mí que los idiomas. Una lección valiosa que he aprendido con ellos es que el concepto de memoria muscular en el aprendizaje de idiomas no es lo mismo que la de montar en bicicleta. Por ejemplo, decimos "Es como andar en bicicleta", refiriéndose a cosas que una vez aprendidas, nunca se olvidan. Bueno, en mi experiencia, el aprendizaje de idiomas no funciona en los mismos ámbitos. El aprendizaje de idiomas es algo que requiere compromiso, que requiere pasión y trabajo duro, pero sobre todo, requiere constancia. No puedes tomarte unas vacaciones del aprendizaje de idiomas sin que tus habilidades decaigan, e incluso cuando alcance un nivel competente de el nuevo idioma. Si no se practica con regularidad, es una habilidad que se perderá, y mucho más rápido de lo que se adquirió. En esto, me doy cuenta de que el aprendizaje de idiomas es un proceso de por vida, especialmente cuando consideramos que un idioma es un portal hacia una nueva cultura y una nueva forma de ver el mundo que nos rodea. Estas son lecciones en las que no podemos graduarnos. Son ideas que evolucionan constantemente y, como ciudadanos del mundo, también debemos buscar, aprender y evolucionar constantemente. Un ejemplo simple, de este proceso de aprendizaje de idiomas para estudiantes más jóvenes, se puede expresar en un gráfico que muestra la adquisición de la capacidad lingüística a lo largo del tiempo; como por ejemplo, cuando llegan las deseadas vacaciones de verano y se rompe la consistencia en el proceso. Otro ejemplo es el de alguien cuyo objetivo era tal vez alcanzar un nivel específico, o un certificado en un idioma. Una vez acadado el objetivo, llega el momento en el que deja de estudiar y, normalmente, deja de practicar el idioma por completo.
Estos esquemas representan ejemplos y experiencias de la vida real de estudiantes que he conocido y con los que he trabajado. Lo que está claro es que sin constancia y dedicación, el lenguaje es una habilidad que se pierde con bastante rapidez y queda relegada a la parte de nuestra memoria que sabe que estuvo ahí, pero no sabe cómo recordarla. Un estudiante de por vida. Nunca me graduaré. Daniel Peel
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AuthorDaniel Peel. Archives
Junio 2024
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