Un mejor amigo de los libros

Soy un ávido lector y siempre lo he sido. Desde que tengo uso de razón me ha encantado la magia que se encuentra al perderse en una buena historia. Creo que me contagié de mi madre, de hecho, estoy seguro de que así fue. De mi padre no pudo ser, a quien veía únicamente leyendo artículos de periódicos o revistas. Pero mi madre, por otro lado,  fue quien nos presentó a mis hermanos y a mí el amor por los libros de cuentos. Nos leía a todos cuando éramos pequeños (es el tipo de mujer que nunca está demasiado lejos de cualquier libro). Recuerdo a mi madre absorta gracias a la compañía de un buen libro en un momento dado y en cualquier momento. Daba igual que tuviera otras tareas: siempre encontraba tiempo para leer (alternaba varios libros al mismo tiempo). No tengo idea de cómo se las arreglaba para no confundirse con las diferentes historias y sus personajes correspondientes, es algo que nunca he logrado dominar.

Recuerdo con mucho cariño nuestras vacaciones en familia cuando yo era niño, y cuando para mi madre lo más importante que tenía que pensar era en hacer las maletas. Y como no: había suficientes libros para cuando pudiera relajarse y olvidarse de cuidarnos. Al llegar a casa, desaparecía en una habitación tranquila, en el porche, en la playa o en un campo. (En algún lugar donde sabía que nadie la molestaría durante, bueno, tantas horas como fuera posible para en el mundo mágico de las historias de sus libros). Tenía una extraña habilidad para disolverse en el tiempo y en el espacio, y de esta manera, podía devorar un libro en unos pocos días, tal vez incluso en una sola sesión. Y así, me pasó el don que es el amor por leer cuentos.
Con dos niños pequeños y un negocio incipiente ocupando la mayor parte de mi energía y tiempo libre en estos días, tengo que admitir que es más difícil para mí labrarme el espacio y el tiempo necesarios para estar profundamente absorto en una buena historia de la manera en que lo hago. Solía ​​poder, sin embargo, mi amor por un buen libro es tan fuerte como siempre, y sentado con mi hijo menor mientras pronuncia las palabras, junta las oraciones y se abre paso a través de sus primeros libros de cuentos, nada podría me enorgullece más que saber que la alegría de leer se transmite a la próxima generación.

¡La era digital está acabando con el libro!
A medida que la televisión fue ganando popularidad y vimos la introducción de programas infantiles, muchos creyeron que sería el final del libro y del tiempo dedicado a la lectura, pero en realidad ha sucedido todo lo contrario, y el mundo del material de lectura infantil nunca ha sido tan rico y lleno de libros absolutamente maravillosos, escritos por una gama cada vez más diversa de autores extraordinarios. La televisión, por lo menos, ha elevado el libro a un nuevo nivel de popularidad y ha dado un nuevo escenario a los maravillosos personajes soñados por los escritores de cuentos para niños.
Cuando el Kindle subió al escenario, la mayoría de nosotros sentimos que el final de la librería de la esquina estaba a la vista, y que la lectura en papel pronto sería cosa del pasado, pero esto tampoco sucedió. Si bien la mayoría de los hogares en estos días tienen al menos un dispositivo de lectura digital, la gran mayoría de los libros todavía se leen en papel, y por una buena razón.
Los audiolibros, la televisión, el cine, los libros electrónicos (Kindle), las tabletas, ninguna de estas tecnologías que se han introducido en la historia reciente han acabado con el libro de papel como muchos pensaban que harían, de hecho, por el aumento del número de autores. , y la variedad cada vez mayor de material que se considera socialmente aceptable y que ahora está disponible, la demanda de libros en papel ha seguido creciendo de manera constante.
Si bien esto puede ser cierto para los libros que se leen por placer, debe aceptarse que la era digital ha creado un entorno en el que el material de estudio se consume cada vez más en formato digital. Esto también puede decirse del consumo de temas de actualidad en forma de canales de noticias digitales y plataformas de redes sociales que se están volviendo cada vez más populares que el periódico más tradicional.
Más recientemente, hemos visto un gran aumento en la disponibilidad de televisión bajo demanda en forma de series y películas a través de canales como Netflix. Una vez más, se podría argumentar que con ese material tan fácilmente disponible ya un precio tan asequible, no hay razón para que la gente siga comprando libros y se abra paso lentamente a través de ellos. Pero de nuevo diría que "buena razón", que hay algo en el libro de papel que simplemente no se puede reemplazar, algo en el olor, el placer de sostenerla entre tus manos y profundizar lenta pero meticulosamente en una nueva y mágica mundo. Un buen libro lleva al lector a un viaje sin dejar de ser exigente.les permite usar su propia imaginación y, por lo tanto, la relación entre el autor, el libro y el lector es única para cada lectura, la experiencia de leer un gran libro de cuentos no se repite, y podría decir que no se puede repetir nunca. . Esta relación y experiencia no se puede replicar fácilmente en la pantalla y, como tal, el libro ocupa un lugar en nuestras manos, corazones y vidas, que creo que nunca será reemplazado.

¿Se puede aprender un idioma sin leer en él?
Absolutamente, podemos aprender a comunicarnos verbalmente sin leer, sí. Pero si alguna vez planea usar el idioma en situaciones del mundo real, para viajar, estudiar o en el mundo laboral, inevitablemente, la vida pronto se volverá muy difícil si no somos fluidos en la lectura del idioma también.
Un idioma generalmente se escribe de manera diferente a como se habla, por lo que es muy importante asegurarnos de practicar la lectura de una amplia gama de materiales diferentes en nuestro crecimiento dentro del idioma y aprender cómo se manifiestan estas diferencias.
Los beneficios que se encuentran en la práctica de la lectura en nuestro viaje de aprendizaje son casi infinitos, y debemos practicar las habilidades tanto de la lectura activa como de la lectura no activa, ya que nos ayudarán a desarrollar habilidades lingüísticas reales y específicas, así como nuestro desarrollo general. conocimiento de la cultura y el idioma. Como consecuencia, los buenos hábitos de lectura también dan una gran ventaja en la práctica de la escritura en un idioma.
A medida que leemos, inevitablemente nos encontramos con nuevo vocabulario que podremos aprender a través del contexto o deteniéndonos a buscarlo cuando sea necesario. También nos encontraremos con piezas de lenguaje que pueden ser difíciles de aprender de un libro de texto y, a menudo, difíciles de recordar, lenguaje como expresiones y dichos típicos que a menudo son específicos de la cultura, agrupaciones de palabras (colocaciones) que se encuentran juntas repetidamente, así como verbos frasales de los cuales el idioma inglés literalmente tiene miles. Estas partes del lenguaje son muy difíciles de traducir, a veces imposibles, ya que las palabras en su forma separada tienen un significado completamente diferente al que se encuentra en las palabras cuando se agrupan en estas formas. Este idioma se aprende mejor escuchando y leyendo una amplia y variada gama de material diferente en el idioma y la cultura que está aprendiendo, y en la práctica de hacerlo a menudo y de manera constante. Creo firmemente que nada en nuestro viaje de aprendizaje de idiomas puede reemplazar los beneficios que se encuentran en la lectura, nada.

Si bien existe una enorme alegría en el amor por la lectura, así como oportunidades de aprendizaje insustituibles, debemos reconocer que es algo que requiere tiempo y dedicación, como todas las cosas buenas de la vida; comer bien, mantener una mente y un cuerpo sanos y en forma, aprender algo nuevo, construir relaciones sólidas, criar niños respetuosos, curiosos y resistentes, todo requiere la creación de buenos hábitos. Sin embargo, con un volumen tan extraordinariamente rico de material de lectura disponible en estos días, para niños, adolescentes y adultos, parece que el libro de papel estará con nosotros durante muchos, muchos años por venir, y esto me hace un hombre extremadamente feliz.


Con amor
Daniel